13 diciembre 2006

Crítica: Una historia para ser contada

Crítica: Una historia para ser contada
”REIR PARA LLORAR, REIR PARA PENSAR“
Viva la paz de nuestro hogar...


Por: Teatro Experimental de Fontibón / TEF 26 años.

El texto adaptado es la historia de cómo el Sr. Panchito González se sintió responsable de la epidemia de peste bubónica en África del sur. En esta historia se muestra como el hombre contemporáneo por su ambición de poder, y su deseo desenfrenado de acceder a un mayor estatus social, es capaz de transformar sus principios y llegar a hacer aquellas cosas que parecerían impensables, como atentar contra sus congéneres vendiéndoles carne de rata , sin importar las consecuencias.

Cuando inicia la función encontramos frente a nosotros cuatro cajones negros ubicados uno al lado del otro hacia el fondo del escenario y cuatro actores frente a ellos. Están en una actitud neutra, creando expectativa sobre los cuatro personajes uniformados con aspecto misterioso y nebuloso, combinación de gris y negro. El resto del escenario está vacío a excepción de un telón negro que cubre unos andamios de aproximadamente tres metros y medio.

Una historia para ser contada es una obra cargada de crítica, crueldad, hipocresía y humor de una enorme vigencia a pesar de los años que nos separan del momento de su creación.
De manera un poco clownesca y minimalista, la puesta en escena del elenco CICLO VITAL, está construida con pocos elementos que toman múltiples significados, es interesante ese dejar que un espacio avance sobre otro, haciendo así surgir una nueva realidad. Esto se da por ejemplo cuando con los escasos objetos que hay en la escena logran romper una pared y recrear ya sea el “caluroso” hogar de don Pachito, ya sea la “intachable” compañía del mismo.


Es de rescatar el intento de adaptación del texto original con un estilo digerible a cualquier clase de público, que logran solucionar en gran medida con el recurso del actor que se convierte en narrador, y nos cuenta en un inicio como finaliza y al final nos da la reprimenda de la moraleja: Nos habla, nos cuenta a nosotros e igualmente nos obliga a pensar.


También se da que los actores intentan manejar un estilo de comedia del arte con la utilización de máscaras y algunas posturas corporales que denotan entrenamiento pero que no logran alcanzar una excelente precisión en los movimientos desdibujando en ocasiones las caracterizaciones y bajando la calidad de la escena.
En Una Historia para ser Contada el trabajo de caracterización de los personajes en algunos casos hasta ahora esbozada, logra una acertada iluminación en la contribución climática de la obra, aunque con bastantes deficiencias en el trabajo vocal, que como es común en muchos grupos (profesionales inclusive) es dejado al azar o por lo menos sin mayor investigación, pues aunque cada actor hacía varios personajes la codificación sonora entre uno y otro no se presentaba; en otros casos inclusive generaba la sensación de que los actores se lastimaban su aparato fonatorio tratando de proyectar.

Pero como dije al principio, Ciclo Vital con Una Historia para ser contada por momentos nos hace sentir y por qué no, confundir con el payaso que se mira en un espejo y se ríe de sí mismo.